Ya han pasado las dos primeras semanas del curso de gramática en proele -¡Qué rápido pasa el tiempo!- y continúo mi camino por la senda de la reflexión gramatical... Hay muchas cosas que me estoy replanteando.
Por cierto, ayer empezamos a estudiar el pretérito perfecto después de haber pasado por el indefinido. ¿Cómo fue? Muy bien. Apliqué las ideas del curso de gramática. Mirad, les dije que seguíamos estudiando el pasado en español y les pasé el test que aparece en la página 76 del AULA 1 con el fin de que fueran ellos quien reflexionasen sobre la forma. De modo que, les di el test lo leyeron y lo resolvieron. Una vez visto, les pedí que se fijaran en la forma del verbo y fuimos escribiendo los participios en la pizarra. Ellos me fueron diciendo los infinitivos con mucho acierto ;). Creo que la presentación fue mucho menos traumática que cuando iba a clase y les decía: " hoy vamos a estudiar el pretérito perfecto" y les escribía en la pizarra el paradigma verbal. Yo esperaba que alguien preguntara: ¿Qué diferencia hay con el indefinido, el otro pasado que vimos? Ahí, les expliqué la diferencia de uso a través del contexto y dejándoles muy claro que entra en juego la subjetividad del hablante. Entender, lo entendieron. Ahora lo que nos hace falta es usarlo bastante. Para completar la presentación gramatical les llevé un busca en clase alguien que... para que hablasen de sus experiencias vitales. Aunque, el busca alguien que tenía una variante: tenían que encontrar a alguien que hubiera hecho lo contrario que ellos. Es decir, si alguien dice: he estado en México tres veces; tenía que encontrar a alguien que no hubiera estado nunca en México.
Por cierto, aproveché para hacerles reflexionar sobre su lengua: ¿En vuestra lengua no hay manera de diferenciar esto? -Una alumna reflexionó que sí, que eso también se hacía en inglés pero a través de otras palabras y no del verbo.
¡Ah! Una de las cosas que se ha comentado en el curso es que tenemos tendencia a presentar la gramática en forma de continuum, de modo que, muchas veces, parece que una cosa va detrás de otra y no guardan relación. Es decir, por ejemplo, si practicas los pasados siempre estás con ello hasta que abandonas esa práctica para empezar con el imperativo... Ahora comprendo que mis alumnos me dijeran que no podían poner las cosas en relación. ¡Criaturas! ¿Cómo van a hacerlo si no les he dado la oportunidad? Por eso, intenté ofrecerles este tipo de práctica. Les llevé a clase un texto escrito en español con la descripción de un día de la vida cotidiana (subir el archivo). Me pareció una buena manera de que conectaran ambos tiempos. Me costó buscar una situación o una función que me permitiera poner en conexión ambos tiempos. ¿En qué momento de la vida cotidiana hacemos esto? Finalmente, la encontré: una narración sobre algo que pasa habitualmente, pero que ayer no pasó porque fue un día de mala suerte.
Gramatiqueando (I)
martes, 22 de mayo de 2007Publicado por Mª Isabel González Martínez en 10:21
Etiquetas: gramática, reflexión docente