Desde que hace unos días leyera en el diario de una doctoranda una entrada que hablaba sobre los factores que influyen en nuestra forma de dar clases, llevo dándole vueltas al entorno donde trabajo y he trabajado. ¿Cómo afecta esto? ¿Me he visto limitada? ¿He contado y cuento con medios suficientes para desarrollar mi trabajo? ¿Es realmente necesario tener muchos medios o podemos arreglarnos con una pizarra, un boli y unos libros?¿Afecta el manual con el que trabajas al desarrollo de tus clases y al enfoque que das a las clases? ¿Cómo influye no tener un aula propia o un espacio dedicado estrictamente a impartir clases? Además de estas preguntas, voy a añadirle las que aparecen en el capítulo 2 de ¿Cómo ser profesor/a y/o querer seguir siéndolo? de Encina Alonso. Me ha parecido una interesante cuestión plantearme qué hago en clase, ¿soy siempre el centro de atención? Hoy me he dado cuenta de la pizarra que he escrito en clase, era un poco galimatías, así que a fuerza de disciplina me impongo cambiar esto. Tengo que conseguir una pizarra ordenada, cueste lo que cueste. Si tengo que dividirla en 3 cuando llegue a clase, así sea. Sin duda, una de las preguntas que no quiero dejar de hacerme con respecto a mi labor es: ¿Yo iría a mis clases? ¿Cómo aceptaría yo esto si lo hiciera así el profesor en un aula de idiomas? No quiero perder la costumbre de ponerme en el lugar del alumno.
Pensando cómo el entorno afecta a las clases...
lunes, 5 de marzo de 2007Publicado por Mª Isabel González Martínez en 16:25
Etiquetas: portafolio, reflexión docente